Hoy la ciudad de Murcia amanece diferente. La ciudad se viste de peñas, flores y ruido de romeros porque es el día grande de la Virgen de la Fuensanta, la patrona. Pero para quienes vivimos la feria también desde el estómago, es el momento de despedirnos de los huertos del Malecón y de todo ese recorrido gastronómico que convierte septiembre en un mes de puro disfrute.
Durante casi dos semanas, el Malecón ha sido la meca foodie de la ciudad: largas mesas, barracas llenas y ese olor inconfundible a michirones, zarangollo, pulpo al horno, paparajotes y vinos de la tierra que han convertido cada visita en una romería particular, aunque no llevásemos flores ni montera huertana.
La romería, además de devoción y tradición, es también la excusa perfecta para rematar la feria entre bocados. El día arranca pronto, y lo normal es acompañarlo con un buen chocolate con churros en alguna cafetería antes de echarse a andar. Después, el camino al Santuario de la Fuensanta se llena de neveras portátiles, bocadillos de lomo con queso, tortilla de patatas y esas empanadas caseras que nunca fallan. Cada grupo improvisa su picnic, y la gastronomía murciana vuelve a ser protagonista, aunque en versión romera y de campo.
Este año, como siempre, los huertos han servido de escaparate de 1001 Sabores Región de Murcia. Allí se han mezclado turistas y locales alrededor de tapas con sello murciano, una cerveza de barril bien fresquita o un vino DO Bullas, Jumilla o Yecla, mientras los paparajotes ponían el broche dulce. Hoy, con la romería, ese ambiente se traslada a la montaña y se despide hasta el año que viene.
Por cierto, si eres de los rezagados que se ha unido al plan en el último minuto, ¡que no cunda el pánico! Hoy es el día perfecto para disfrutar de la romería, de vistas impresionantes a la ciudad y de lo mejor de las tapas murcianas en la mítica Terraza Quitapesares. Una marinera (de las mejores que puedes probar) allí te va a saber la gloria. ¡Palabra!
En definitiva, la romería de la Fuensanta pone el cierre de la feria y es también la última gran cita foodie del verano murciano. Una tradición que une fe, fiesta y, cómo no, gastronomía. Porque en Murcia, todo lo importante siempre se celebra alrededor de una mesa… aunque esa mesa sea una manta en mitad del monte.
¡Feliz día de la Romería!
