Gazpacho

Gazpacho
¡Que llega el calorcito! Es tiempo de volver a saborear esos platos refrescantes por los que todos rogamos cuando el termómetro llega a la tercera decena o más allá. El gazpacho tiene tantas versiones como lugareños así que, en la #GastropediaRM de hoy, jugaremos con la cantidad de ingredientes que admite esta receta tan nuestra.

Es urgente que modernicéis vuestro menaje de cocina si no tenéis una buena batidora o licuadora: potencia mecánica al servicio de textura y sabor.

Tomates bien maduros. Nosotros hemos utilizado de pera por su pulpa bien carnosa y su piel poco gruesa. Aún así hay quien pasa por el chino la fruta exprimida para obtener un gusto aún más untuoso.

La cantidad de cebolla, pepino y pimiento siempre va al gusto del exigente paladar del comensal. No entraremos aquí en batallas concebollistas y sincebollistas o de pepino, sí, pepino, no. Toda variedad tiene cabida en los 1001 Sabores. También hay quien prefiere no añadir miga de pan vieja para un resultado más líquido y así diferenciarlo aún más del salmorejo. Cuestión de estilos, siempre válidos. O quien adora que el ajo sea de gusto preferencial y añade más cantidad, pero pensad en el vecino que os cruzáis en el ascensor.

Para gustos, gazpachos.

Rematadlo con los tropezones que gustéis. Bien verduras picadas (pimiento verde italiano cortado en juliana fina) con picatostes de pan, bien jamón como a su primo cordobés, pero no olvidéis ese chorro final de aceite de oliva virgen extra de cualquiera de nuestras almazaras. ¿Unas hojitas de albahaca fresca? ¿Y unas gotas de tabasco al más puro estilo Bloody Mary?

Y ya sabéis: con el gazpacho, nunca hay empacho.

Dificultad: encontrar la medida exacta de sus ingredientes para vuestras papilas. ¡Dentro vídeo!

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