Murcia en verano va a otro ritmo. Durante el día el calor aprieta, pero cuando el sol empieza a caer la ciudad se transforma: a las ocho de la tarde ya corre la brisa y apetece salir a la calle. Es el momento de la terraza, del bullicio, de las mesas llenas de tapas y conversaciones.
Y si hay un mes que encaja a la perfección con este plan es septiembre. Aquí el verano no se va de golpe: las noches siguen siendo cálidas, las terrazas están llenas y el ambiente mantiene ese aire festivo que tanto se disfruta en la ciudad. Murcia sabe alargar el verano y septiembre es la excusa ideal para seguir viviendo la calle.
El centro es un imán para los que buscan ese ambiente. En la zona de las tascas no falta oferta: bares encadenados unos con otros, donde cada cual tiene su especialidad. La plaza de la Catedral añade al tapeo el espectáculo de cenar bajo una de las fachadas más bonitas de España. Y en la Plaza de las Flores se mezclan aromas de fritura, marisco y flores frescas: un clásico que nunca falla para arrancar la noche.
Más allá de los puntos de siempre, cada barrio tiene sus rincones. Pequeños bares familiares donde la tapa se sirve con mimo y donde el dueño conoce a la mitad de los clientes. Sitios nuevos que se atreven a dar una vuelta creativa a la tradición. En cualquier esquina, una mesa te está esperando con una caña bien fría, un vino de Jumilla o un vermut con hielo y rodaja de naranja.
Y entonces llega el dilema: ¿qué pedir primero? La marinera, claro, con esa ensaladilla cremosa coronada por una anchoa sobre la rosquilla crujiente. Los caballitos, dorados por fuera y tiernos por dentro. El matrimonio, esa combinación perfecta de boquerón y anchoa que engancha al primer bocado. El pulpo al horno, con su sabor intenso que pide pan para acompañar. Y a partir de ahí, todo lo que apetezca: sepia a la plancha, zarangollo, montaditos, ensaladilla... tapas que saben a verano murciano.
Salir de tapeo aquí es disfrutar sin prisa. El reloj se detiene entre ronda y ronda, la noche avanza despacio y las mesas se llenan de risas y brindis. En septiembre, Murcia sigue oliendo a verano, y eso significa terrazas llenas y tapas compartidas.
Y lo mejor de todo es que este mes no se queda solo en el tapeo. Murcia en septiembre vive uno de los meses más animados con su Feria: lo huertos del Malecón, barracas, caballos, encierros de reses, conciertos; las Fiestas de Moros y Cristianos y la Romería de la Virgen de la Fuensanta, que baja de su santuario para encontrarse con la ciudad. Gastronomía, tradición y fiesta se mezclan para darle al mes un carácter único.
Así que, si pensabas que el verano terminaba en agosto, aquí la respuesta es clara: en Murcia, septiembre viene carga... y queremos que nos acompañes como más nos gusta: entre amigos y disfrutando de lo mejor de nuestra gastronomía. ¿Te unes al plan?